
Llega un momento en tu workout en el que te vuelves completamente consciente de que no te vas a poder mover al otro día y que te van a doler músculos que ni siquiera estabas enterado que tenías. Y, efectivamente, al día siguiente (y tal vez por los próximos 3 o 4) tus piernas, brazos, abdomen y todo lo demás se sienten tan pesados como si fueran de piedra y como si un tren les hubiera pasado por encima.
Todo el que ha ido al gimnasio alguna vez sabe muy bien que, a veces, el entrenamiento no es la peor parte de decidir ser más fit. 24 o 48 horas después de un entrenamiento rudo llega el DOMS (dolor muscular de efecto retardado, por sus siglas en inglés), un dolor tan intenso que te hace jurar jamás volver y te hace considerar hablarle a una ambulancia porque te estás muriendo o algo así. La buena noticia es que se puede prevenir y no necesitas ser un experto en medicina del deporte para lograrlo.
El dolor muscular sucede después de que el tejido muscular se rompe (esto es normal) después de someterlo a un régimen de actividad extremo o al que no estás acostumbrado. Es la señal de que estas trabajando correctamente (aunque si es insoportable, también puede ser la señal de una lesión) y que no estás estancado en tu rutina. La ruptura de tejido permite que tus músculos crezcan y se hagan más fuertes, pero eso no quiere decir que tengas que aguantar el dolor.
Según los expertos, hay algunas cuantas cosas que puedes hacer para prevenir sentir dolor después de tu entrenamiento, estas son algunas de las más efectivas.
Comer correctamente
Algunos alimentos, como las cerezas ácidas, pueden reducir el dolor muscular. Un estudio del Scandinavian Journal of Medicine and Science in Sport, descubrió que los corredores que comían o tomaban el jugo de las cerezas días antes de su carrera experimentaban menos dolor y una recuperación mucho más rápida que otros que no las incluían en su dieta. Además, una buena dieta te ayuda a recibir todos los nutrientes que necesitas para aprovechar tu entrenamiento al máximo y conseguir mejores resultados.
Tomar café
Algunos entrenadores te recomiendan tomar un poco de café antes de tu entrenamiento (café negro, no esas bombas de azúcar y calorías que te compras en Starbucks). La cafeína, que contiene propiedades analgésicas, reduce la fatiga y el dolor muscular, y además te hidrata tanto como el agua.
Masajes y Foam Rollers
Recibir un masaje no solo es relajante, según los expertos, un masaje post-workout ayuda a la recuperación, reduce el dolor de forma drástica y mejora la capacidad de tu cuerpo de combatir el dolor. En el caso de los foam rollers, usarlos después de tu rutina libera la tensión acumulada en tus músculos y ayuda a que tengas un mejor desempeño en tu próxima sesión en el gym. Una sesión de 10 minutos en tu foam roller puede tener grandes beneficios.
No te saltes los ejercicios de recuperación
Lo que haces después de entrenar es tan importante como lo que haces durante tu rutina, 20 minutos de ejercicios de baja intensidad justo después de tu rutina evitan que el dolor llegue al día siguiente, fortalece tus músculos, reduce la inflamación y mejora tu circulación. El cardio ligero, caminar o subirte a la bici, o ejercicios como yoga o pilates, son buenas opciones.
Fuente: gq.com.mx