Hazte un estudio nutricional profesional. Hay cosas en las que gastamos sin dudar y luego para otras, como puede ser hacerte una prueba de esfuerzo, ir a una revisión al dentista o tener un estudio profesional de nuestra nutrición, nos cuesta una vida. Y realmente un nutricionista experto te ayudará a encontrar tus fallos y realmente a personalizar tu alimentación a tus características físicas y a los objetivos que persigues.
Apuesta por las 7 comidas al día. Por nuestra experiencia aumentar las comidas es clave para poder adelgazar sin pasar hambre. Te permite acabar con los picoteos por ansiedad. Es clave acertar con lo que comes entre horas, buscando alimentos que aporten vitaminas, minerales y fibra y pocas calorías. La fruta debe jugar un papel muy importante.
Entrenar en ayunas. Te da un extra pero para poder hacerlo sin correr riesgos en importante haber cenado bien.
Cambiar la dieta. A todo se acostumbra el estómago y somos máquinas de reserva energética por nuestra herencia de cazadores-recolectores. Como no podemos cambiar la evolución, podemos cambiar la alimentación. Los cambios en la alimentación, salirnos del lechuga y pollo a la plancha, siempre que se hagan con planificación, te ayudarán a perder grasas y a adelgazar.
Aprender a usar tu musculatura profunda. Si mueves las musculatura profunda, no sólo quemarás más calorías por el simple hecho de respirar bien, sino que te hará sentirte mejor, ganar más energía y mejorar tu higiene postural.
Falta de vitamina C. Un estudio de la Universidad del Estado de Arizona ha encontrado que las personas que toman 500 mg de vitamina C al día queman más fácilmente la grasa durante el ejercicio, pues esta vitamina ayuda a metabolizar la grasa extra. ¿Qué tomamos? Coles, pimientos rojos, kiwis, cítricos, etc.
No ducharte inmediatamente después de volver de entrenar. Si estás sudando estás quemado calorías. Deja que «tu motor se apague» antes de pasar por la merecida ducha.
Fuente
7 trucos para sacar a tu metabolismo del estancamiento (sportlife.es)